Inventario de la CMSI: Estudio de caso: Egipto
TIC para la salud: Proyecto Unidad Móvil para la Salud de la Mujer
En Egipto, gracias a la colaboración entre el Ministerio de Tecnologías de la Información y la Comunicación y el Ministerio de Salud y Población, se está ampliando la prestación de servicios de atención de la salud a las mujeres en todo el país mediante la utilización de tecnologías de la información y la comunicación (TIC). Inaugurado en octubre de 2007 por la Primera Dama de Egipto, Suzanne Mubarak, el proyecto Unidad Móvil para la Salud de la Mujer tiene como objetivo promover la detección precoz del cáncer de mama. Hasta la fecha, se registra un número total acumulado de unas 60.000 mujeres examinadas.
El proyecto Unidad Móvil para la Salud de la Mujer es una de las iniciativas de cibersalud contemplada en la edición de 2010 del Informe del inventario de la CMSI: Seguimiento de los avances, dado a conocer durante el Foro 2010 de la CMSI celebrado en Ginebra del 10 al 14 de mayo. En el informe se facilitan datos actualizados sobre las actividades emprendidas entre finales de 2008 y mediados de 2010 por las autoridades públicas, el sector privado, la sociedad civil y organizaciones regionales e internacionales en relación con los objetivos de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información (CMSI). El presente artículo analiza más detenidamente un estudio de caso centrado en el proyecto Unidad Móvil para la Salud de la Mujer.
La salud de la mujer
La única manera de disminuir la mortalidad por cáncer de mama y su morbilidad es detectar la enfermedad antes de que la paciente presente síntomas. En Egipto, el Ministerio de Tecnologías de la Información y la Comunicación, en colaboración con el Ministerio de Salud y Población, puso en marcha un programa nacional de mamografías destinado a lograr una detección precoz más eficaz. El programa se lleva a cabo con el patrocinio de la Sra. Mubarak, quien además recibió en 2008 el Premio Mundial de las Telecomunicaciones y la Sociedad de la Información de la UIT.
Como servicio financiado por el gobierno, el programa ofrece a las mujeres egipcias mayores de 45 años la posibilidad de hacer una mamografía en forma gratuita. Además, el programa contempla también la detección de la diabetes y la hipertensión, así como la medición del índice de masa corporal (IMC).
El programa de exploración de mama dispone de unidades móviles, y también de unidades fijas de estudio mamográfico situadas en los hospitales generales. Todas las unidades están conectadas a un centro de excelencia en El Cairo a través de conexiones por satélite y líneas arrendadas, con lo cual las imágenes se pueden transmitir directamente de las unidades móviles al centro de diagnóstico para que sean examinadas por radiólogos de reconocida experiencia.
Según el resultado de los mamogramas iniciales, las pacientes son enviadas, de ser necesario, al hospital más cercano para que reciban el tratamiento adecuado y se efectúe su seguimiento, o para que soliciten asesoramiento médico. Todos los servicios, incluido el tratamiento, son actualmente gratuitos.
Alcance del proyecto
A finales de 2009, las clínicas de mamografía móviles habían visitado 17 localidades de El Gran Cairo, así como una serie de sitios en otras cinco provincias. De una población objetivo de aproximadamente un millón de mujeres mayores de 45 años residentes en las zonas visitadas, han sido examinadas hasta la fecha unas 60.000 mujeres.
El plan prevé para 2010 atender a siete provincias más, con una población objetivo de alrededor de 1,3 millones de mujeres. Para 2011 está previsto dar servicio a otras seis provincias, con una población objetivo de aproximadamente 2 millones de mujeres, y para 2012, otras cinco provincias, cuya población objetivo es de aproximadamente un millón de mujeres.
La detección precoz
La progresión del cáncer de mama, como otras modalidades de cáncer, se clasifica en cuatro etapas. Si las mujeres son examinadas a intervalos periódicos, la enfermedad puede ser detectada en una etapa precoz, aumentando sus posibilidades de curación. Más del 90% de las mujeres en la primera y segunda etapa iniciales de la enfermedad, tienen mayores probabilidades de superarla, y más del 70% de ellas en la tercera etapa del cáncer de mama podrían recuperarse.
Clínicas de mamografía móviles
El motivo principal de la creación de unidades móviles fue dar atención en las poblaciones rurales. Al proponer servicios de exploración mamográfica a cada zona, el acceso a la atención de la salud aumenta y los costos y esfuerzos que representa para la paciente se reducen al mínimo. La única posibilidad para una habitante de zonas rurales es desplazarse a uno de los centros de radiología en las principales ciudades, pero eso supone pagar el viaje y, evidentemente, requiere más tiempo. Es dudoso que las mujeres que no presentan síntomas hagan ese esfuerzo. Sin embargo, nunca se insiste demasiado en la importancia de la detección precoz para prevenir la morbilidad y la mortalidad por cáncer de mama.
Unidades móviles: equipos y elementos de seguridad
La unidad móvil se instala en un camión. En la parte trasera de la zona de recepción hay un armario de almacenamiento general que, además, contiene el tablero de alimentación principal. Frente al armario está el mostrador, con enchufes eléctricos y conexiones de datos, encima del cual están instaladas dos computadoras con las que se tiene acceso a las historias clínicas de las pacientes. El camión tiene un circuito de red CAT6 con conectores RJ45, que envía los datos de las pacientes a todos los puntos necesarios.
Hay también un recinto técnico con espacio para el abastecimiento de agua, dos puntos de la red, enchufes y varios componentes eléctricos. En la pared de la sala de observación, sobre la mesa de trabajo, hay tres enchufes y conexiones de datos.
La unidad tiene luces de emergencia interiores y exteriores. También dispone de testigos luminosos que controlan la entrada a la sala de rayos X. Esta habitación tiene una salida de emergencia.
Obstáculos para la ejecución del proyecto de detección de cáncer de mama
El elemento esencial de la detección precoz es el diagnóstico rápido y correcto; por este motivo, reviste primordial importancia asegurar la conexión entre las unidades móviles y el centro de diagnóstico. Les ha llevado tiempo al personal encargado del proyecto elaborar un diseño óptimo de las unidades móviles y perfeccionar las especificaciones técnicas.
Otro aspecto importante es la comunicación. La mayoría de las mujeres de poblaciones objetivo no saben cuándo deben empezar a hacerse una mamografía ni con qué frecuencia repetirla. Además, muchas de ellas tienen miedo de que esos exámenes no sean fiables. No cabe duda de que se debe facilitar mayor información a la población y, en particular, dar mejor a conocer las pautas de detección.
Con el propósito de incitar a la población objetivo a dirigirse a las clínicas, se inició, en el marco del proyecto, una campaña de información con anuncios transmitidos por radio y televisión. Antes de la campaña, no se conocía por lo general la prestación de ese servicio.
Otro problema consiste en las malas condiciones de las carreteras en Egipto, sin mencionar a los conductores imprudentes. El equipo utilizado en los exámenes mamográficos es sumamente complejo y delicado, y hay que tener cuidado de no dañarlo durante los desplazamientos.
De cara al futuro
Gracias a unidades móviles creadas para que las poblaciones objetivo, especialmente las mujeres que viven en zonas rurales, dispongan de clínicas de mamografía, y a la utilización de tecnologías de telecomunicaciones que permiten obtener un diagnóstico rápido y fiable de los resultados de la exploración, con este proyecto se ha logrado una mayor detección precoz del cáncer de mama en Egipto. La combinación de la detección precoz y el tratamiento gratuito da a las mujeres mejores posibilidad de sobrevivir a la enfermedad. Evidentemente, el programa sería incluso más eficaz si pudieran beneficiarse de él un número más importante de mujeres.
El proyecto podría repetirse en otros países, teniendo en cuenta la experiencia adquirida en Egipto. En especial, el Ministerio de Tecnologías de la Información y la Comunicación podría compartir su experiencia en especificaciones de diseño tecnológico. Es importante contratar el personal adecuado que esté en condiciones de utilizar equipos y programas informáticos.
El programa ha avanzado rápidamente y está empezando a implantarse en poblaciones objetivo. Pero la exploración de mamas sigue planteando dificultades y, por este motivo, se ha iniciado la búsqueda de socios, con miras a fortalecer su puesta en marcha mediante el incremento del número de unidades y la capacitación de un número más importante de personal. Otro objetivo general a cuyo respaldo podrían contribuir los socios consiste en seguir ofreciendo el servicio de forma gratuita.
___________________________________________ PANORAMA DE LA SALUD DE LA MUJER CUBANA Existe un conjunto de necesidades específicas de las mujeres que merece atención especial, pues la población femenina difiere fisiológicamente de la masculina y esas diferencias implican la presencia de condiciones, enfermedades o factores que son exclusivos del sexo femenino o que afectan más a las mujeres.1-5 También existen necesidades provenientes de las diferencias socioeconómicas que originan asimetrías de género, en la exposición a riesgos para la salud, enfermedad, así como para las oportunidades de acceso y control sobre los recursos necesarios para la acción.6-10 En Cuba, las políticas establecidas desde hace más de 4 décadas han permitido la incorporación de la mujer a los diferentes sectores económicos y sociales en forma activa y decisiva, aunque en ocasiones se haya tro-pezado con obstáculos originados en épocas anteriores. Lograr que la mitad de la población alcanzara niveles de competencia en todos los escenarios de la vida, ha requerido garantizar de forma priorizada, el acceso a servicios de salud, educación, y otros planes y programas de beneficio social concebidos y desa-rrollados por el Estado cubano.11 La mujer está beneficiada por la cobertura de salud del país y en particular por programas dirigidos a ella específicamente. El peso fundamental de estos programas radica en la prevención y para ello la atención primaria de salud constituye sin duda la clave del éxito.12 La voluntad del Gobierno de la República de Cuba en la etapa revolucionaria, ha sido la de proteger y privilegiar a la mujer por su condición, en la legislación y en otros programas sociales. En los últimos años las acciones han sido objeto de un redimensionamiento sobre la base de concepciones nacionales y otras del ámbito internacional, derivadas de reuniones globales, donde se han trazado planes de acción que constituyen retos para la sociedad contemporánea, necesarios si se desea alcanzar un desarrollo humano sostenible.13,14 Por ello, el estado de salud de la mujer cubana es objeto permanente de interés y describir periódicamente sus características, es un acto necesario. En este trabajo, se pretende ofrecer un panorama actualizado de ciertas características demográficas y de salud de la población femenina. La información se ha obtenido de las salidas de los sistemas de información estadísticos oficiales del país, así como de encuestas especiales realizadas por el sector salud en torno a este segmento de la población cubana. Se muestra una información estadística organizada por tiempo, espacio y grupos de edad. Se particulariza en el subgrupo de mujeres en edad fértil en las áreas de morbilidad y mortalidad. Se presentan tasas y proporciones de forma tabular y gráfica. Características demográficasLa población femenina cubana estimada hasta 30 de junio de 1990 era de 5 271 300 habitantes y en el año 2001 esta cifra se incrementa a 5 610 832, lo que representa el 50,0 % del total de la población del país. El 53,6 % de las mujeres cubanas reside en zonas urbanas, el 28,5 % en zonas intermedias o urbano-rurales y el 17,9 % en zonas rurales. Para el año 2001 hay un incremento de la proporción de mujeres de 60 años y más (de 12,1 % del total de la población femenina del país en 1990 a 14,4 % en el 2001). Contribuye a este incremento la mayor expectativa de vida al nacer de las mujeres. Se reduce también la proporción de las adolescentes y jóvenes. Estos cambios son el resultado del proceso de envejecimiento poblacional que acontece en el país (tabla 1). TABLA 1. Mujeres según grupos de edad. Cuba, 1990 y 2001
Porcentaje calculado contra el total de la población femenina en cada año. Fuente: Oficina Nacional de Estadísticas.
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Abortos inducidos | ||||
Años | Total | × 1 000 mujeres* | × 100 partos | × 100 embarazadas |
1990 | 147 530 | 45,6 | 78,3 | 43,9 |
1991 | 124 059 | 38,3 | 78,4 | 43,9 |
1992 | 111 107 | 33,8 | 70,0 | 41,1 |
1993 | 86 906 | 26,6 | 56,6 | 36,0 |
1994 | 89 421 | 27,4 | 60,2 | 37,5 |
1995 | 83 963 | 25,9 | 56,6 | 36,0 |
1996 | 83 827 | 25,9 | 59,3 | 37,1 |
1997 | 80 097 | 24,8 | 52,0 | 34,1 |
1998 | 75 109 | 22,8 | 49,3 | 32,9 |
1999 | 80 037 | 24,3 | 52,4 | 32,0 |
2000 | 76 293 | 23,0 | 52,7 | 34,5 |
2001 | 69 563 | 21,2 | 49,8 | 33,2 |
*Mujeres entre 12 y 49 años de edad.
Fuente: Anuario Estadístico de Salud, 2001.
Fuente: Anuario Estadístico de Salud, 2001.
Al comparar las tasas de abortos inducidos y de regulaciones menstruales (las que representan en más del 68 % de los casos, la interrupción de un embarazo17) en el período 1990-2001, se observa que para el aborto inducido las tasas descienden mientras que las tasas de regulaciones menstruales ascienden, lo que indica su uso como método alternativo de interrupción.
De tal manera puede afirmarse que la interrupción del embarazo no planificado, no deseado, ni aceptado y por ende interrumpido por aborto o regulación menstrual, continúa siendo un método de control de la natalidad en el país; de descender ambas tasas podría suponerse un control de la natalidad mayor a expensas de la anticoncepción (fig. 2).
FIG. 2. Tasas de abortos inducidos y regulaciones menstruales. Cuba, 1990 - 2001.
Comportamiento territorial de los indicadores de aborto y regulaciones menstruales
Abortos inducidos
Las tasas de abortos inducidos por 1 000 mujeres de 12 a 49 años descienden a finales de la década de los 90 (trienio 1998-2000) en todas las provincias del país, para corresponder las mayores reducciones a Ciego de Ávila (55,9 %) y Santiago de Cuba (55,0 %).
Regulaciones menstruales
En el segundo trienio (1998-2000) las tasas de regulaciones menstruales incrementan su valor en 9 de las 15 provincias del país, con mayores incrementos para La Habana (87,6 %) y Pinar del Río (80,7 %).
Redujeron sus tasas en más del 15 % Camagüey, Granma, Santiago de Cuba y Guantánamo.
Atención al embarazo, parto y puerperio
Durante la década de los años 90, el promedio de consultas prenatales fue superior a 10 por parto, con un incremento en el porcentaje de embarazadas captadas en el primer trimestre (antes de las 14 semanas de gestación). El porcentaje de captación en este primer trimestre se eleva de 87,6 % en 1990 a 95,0 % en el 2001.
Se incrementa el volumen de servicios prestados por asistencia social en los hogares maternos para aquellas embarazadas que así lo requieran. Los hogares maternos se incrementaron de 115 en el año 1990 a 267 en el año 2001.
La atención obstétrica, las acciones preventivas y la alta cobertura del sistema de atención primaria en salud, ha continuado perfeccionándose, y ya desde 1997 el 99,9 % de los nacimientos ocurre en instituciones de salud.
El índice de bajo peso al nacer se incrementó durante la primera mitad de los años 90, de 7,6 % en 1990 a 8,9 % en 1994, los años más críticos de la década de los 90, donde la situación de déficit alimentario incidió en la salud de la población en general y muy especialmente en la de la mujer embarazada. Dadas las medidas aplicadas de protección de la alimentación de las gestantes se logró reducir el índice de bajo peso al nacer de 8,9 % en 1994 a 5,9 % en el 2001.
Mortalidad
Desde hace 3 décadas las enfermedades del corazón, los tumores malignos, la enfermedad cerebrovascular, la influenza y neumonía y los accidentes figuran como las 5 primeras causas de muerte en la mujer con tasas de 173,8, 131,2, 73,2, 57,9 y 33,5 por 100 000 mujeres respectivamente durante el año 2001 y fueron las 3 primeras responsables del 58,4 % del total de las defunciones para este sexo en este año. Es poca la diferencia con la mortalidad causal del sexo masculino (tabla 3).
En la tabla 3 se presentan las primeras 5 causas de muerte del sexo femenino según grupos de edad para el año 2001.
Las enfermedades del corazón, redujeron discretamente su mortalidad (4,6 %) en el período 1990-2001. No sucede así con los tumores malignos y las enfermedades cerebrovasculares que incrementan sus tasas en el 21,0 % y el 12,1 % respectivamente durante estos años.
La mortalidad por influenza y neumonía se expresa en tasas que fluctúan en un rango de 31,7 (1990) a 57,9 (2001) por 100 000 mujeres, con una tendencia al incremento a finales de década, lo que hace que figure como cuarta causa de muerte en este grupo poblacional desde 1997.
La mortalidad por accidentes exhibe una tendencia ascendente durante la primera mitad de la década de los 90, de 28,8 por 100 000 mujeres en 1990 se eleva a 39,1 en 1995. A partir de este año los niveles de mortalidad por esta causa descienden, y alcanzan la cifra de 33,5 durante el año 2001 y ocupan el sexto lugar como causa de muerte en este sexo, al ser desplazado por las enfermedades de las arterias, arteriolas y vasos capilares las que elevan su importancia relativa.
Mortalidad por enfermedades del corazón según causas
El mayor aporte a la mortalidad por enfermedades del corazón, en este sexo correspondió a la enfermedad isquémica, y fue responsable del 72,1 % del total de las defunciones por esta causa en las mujeres durante el año 2001. Aunque prevalece la sobremortalidad masculina para esta causa, la mortalidad femenina reduce su brecha con el sexo opuesto.
El riesgo de morir por enfermedad isquémica y enfermedad reumática crónica se reduce, no obstante en el 11,4 y 29,6 % respectivamente durante el período 1990-2001, mientras que para la enfermedad hipertensiva y otras formas de enfermedades del corazón los niveles de mortalidad se han incrementado. En ello influye además el mayor número de mujeres que arriban a edades de la perimenopausia, donde el descenso de los niveles de estrógenos se añade como factor de desprotección en la mujer para estas enfermedades. Ello sugiere la atención de programas especializados en estas edades, dada la reserva de reducción y evitabilidad de la muerte por estas causas con acciones solo preventivas en muchos casos.
Mortalidad por tumores malignos según localización
Los tumores malignos constituyen la segunda causa de muerte en Cuba. Las mayores tasas de mortalidad en orden de importancia en la mujer son: tráquea, bronquio y pulmón, mama e intestino (excepto recto). Los mismos incrementaron su mortalidad en 28,8, 24,4 y 41,2 % respectivamente con respecto a inicios de la década de los noventa (fig. 3).
FIG. 3. Mortalidad por tumores malignos en la mujer según localización. Cuba, 1990 y 2001.
Mortalidad por enfermedad cerebrovascular según causas
En el grupo de las enfermedades cerebrovasculares, las hemorrágicas son las que implicaron un mayor riesgo de muerte en el año 2001 para las mujeres, a diferencia de lo sucedido en 1990 donde las causas oclusivas predominaban. El incremento de la prevalencia de hipertensión arterial y la mortalidad por enfermedades hipertensivas resultan coherente con este resultado.
Además se produce un incremento importante en el grupo de otras causas donde quedan incluidas la aterosclerosis cerebral, encefalopatía hipertensiva y angiopatía cerebral amiloide.
Años de vida potencial perdidos (AVPP) (calculados entre 1 y 74 años)
Las mayores tasas de años de vida potencial perdidos por enfermedades crónicas no transmisibles en la mujer durante el 2001, correspondieron a los tumores malignos, seguidos de las enfermedades del corazón y la enfermedad cerebrovascular.
Los años de vida potencial perdidos se incrementaron solamente para los tumores malignos como causa de muerte, se produce también incremento en el caso de la influenza y neumonía, aunque la tasa continúa muy baja.
Para la mortalidad por enfermedades del corazón, la enfermedad cerebrovascular y los accidentes, las tasas de AVPP se reducen en el período, con mayores reducciones para los accidentes (fig. 4).
FIG. 4. Años de vida potencial perdidos por 1 000 mujeres de 1 a 74 años. Cuba, 2001.
Las enfermedades crónicas no trasmisibles y las muertes violentas se ubican dentro de las 5 primeras causas de muerte para las mujeres en edad reproductiva, y corresponden a los tumores malignos los mayores niveles de mortalidad, con una tasa de 34,3 defunciones por 100 000 mujeres de 15 a 49 años durante el año 2001. El aporte a la mortalidad de las causas violentas en el grupo de 15 a 34 años es del 34,2 %, mientras que en el de 35 a 49 años es sólo del 10,2 % (tabla 4).
Comportamiento territorial de la mortalidad según causas
Se han estudiado indicadores de mortalidad por causas y trienios extremos de la década de los años 90: 1990-1992 y 1998-2000.
Enfermedades del corazón
En el primer trienio (1990-1992), los mayores niveles de mortalidad por enfermedades del corazón correspondieron a las provincias Ciudad de La Habana (242,7), Matanzas (236,7) y La Habana (221,1).
En el trienio 1998-2000 los valores más altos continúan en la capital del país (226,5) y La Habana (204,5), y se le agrega Sancti Spíritus (201,0).
Tumores malignos
Ciudad de La Habana es la provincia con más altas tasas de mortalidad por tumores malignos en los 2 períodos analizados, con cifras de 150,2 (1990-1992) y 160,1 (1998-2000) por 100 000 mujeres respectivamente. Coherentemente con el comportamiento ascendente en general para la tasa nacional, se observa un aumento de la mortalidad por esta causa en todas las provincias del país, con mayores incrementos en Holguín (38,4 %) y las Tunas (34,7 %). Sólo Ciego de Ávila disminuye discretamente su tasa (2,7 % de reducción).
Enfermedad cerebrovascular
Las tasas más altas de mortalidad por esta causa correspondieron a Ciudad de La Habana durante los 2 trienios, con cifras de 84,7 en el período 1990-1992 y 96,5 en el período 1998-2000.
Influenza y neumonía
Las tasas más elevadas de mortalidad se presentan en Matanzas y Ciudad de La Habana, con tasas de 50,2 y 40,8 por 100 000 mujeres respectivamente en el primer trienio. En el segundo trienio se mantienen las cifras más altas en ambas provincias y se le añade Cienfuegos.
Accidentes
Las provincias que registraron los mayores niveles de mortalidad por accidentes en el primer trienio fueron Ciudad de La Habana (40,9), Cienfuegos (40,3), Ciego de Ávila (40,1) y Villa Clara (39,9). En el segundo trienio las tasas más altas continúan en Ciudad de La Habana (45,7), Villa Clara (46,4) y Ciego de Ávila (38,3), y se le agrega Sancti Spíritus (38,7).
Mortalidad materna
La mortalidad materna ha mantenido niveles bajos durante los últimos años. Durante el año 2001 se produjeron 47 defunciones maternas para una tasa de 33,9 por 100 000 nacidos vivos. El 87,2 % de las defunciones maternas correspondieron a causas directas.
Situación territorial
En el trienio final de la década de los 90 se observa una reducción de la tasa de mortalidad materna en 10 de las 15 provincias del país. Las mayores reducciones (más del 45 %) se presentan en Matanzas y Holguín.
Morbilidad
Infecciones de trasmisión sexual
Sífilis y blenorragia
Los grupos de edades más jóvenes y en plena edad reproductiva continúan siendo los más afectados por estas infecciones, lo cual se relaciona directamente con hábitos y conductas sexuales, así como a mayor uso de los servicios de salud con el consiguiente reporte, para corresponder la mayor incidencia a las jóvenes de 15 a 24 años.
La incidencia continúa siendo mayor para la blenorragia, con una tasa de 69,9 por 100 000 mujeres durante el año 2001, mientras que para la sífilis fue de 51,1.
En relación con 1990 el riesgo de enfermar por blenorragia se redujo en 44,1 %, y para la sífilis en 32,7 %.
Situación territorial
La reducción de la incidencia de blenorragia para las mujeres (tabla 5), se produjo en todas las provincias del país, excepto en Guantánamo, donde se incrementan las tasas en el 43,5 %. En relación con la sífilis sucede algo similar, es decir un descenso de las tasas de incidencia en todas las provincias, a excepción de La Habana y Ciego de Ávila, que incrementan sus cifras, esta última a más de la mitad de su valor inicial (76,2 %).
TABLA 5. Incidencia de sífilis y blenorragia en la mujer según provincias. Cuba 1990 y 2001
Provincias | Sífilis | Blenorragia | ||
1990 | 2001 | 1990 | 2001 | |
Pinar del Río | 32,4 | 22,7 | 46,4 | 29,9 |
La Habana | 30,8 | 32,9 | 49,6 | 48,2 |
Ciudad de La Habana | 93,7 | 36,3 | 184,4 | 96,5 |
Matanzas | 86,4 | 51,0 | 199,8 | 85,4 |
Villa Clara | 36,2 | 30,7 | 71,2 | 28,3 |
Cienfuegos | 90,6 | 49,3 | 148,0 | 81,8 |
Sancti Spíritus | 46,2 | 31,1 | 45,7 | 31,1 |
Ciego de Ávila | 62,1 | 109,5 | 138,8 | 81,4 |
Camagüey | 88,0 | 69,0 | 196,7 | 111,5 |
Las Tunas | 90,9 | 60,8 | 95,0 | 63,9 |
Holguín | 52,0 | 45,0 | 99,6 | 48,1 |
Granma | 54,2 | 43,5 | 77,7 | 55,5 |
Santiago de Cuba | 122,5 | 105,5 | 165,6 | 91,8 |
Guantánamo | 135,0 | 64,0 | 48,1 | 69,1 |
Isla de la Juventud | 160,7 | 58,0 | 265,9 | 48,0 |
Total | 75,9 | 51,1 | 125,1 | 69,9 |
Tasa por 100000 mujeres
Fuente: Dirección Nacional de Estadística. MINSAP.
Fuente: Dirección Nacional de Estadística. MINSAP.
Incidencia de VIH/SIDA
El programa especial para esta enfermedad mantiene un pesquisaje activo, lo que permite lograr niveles elevados de diagnóstico precoz en el período asintomático de la enfermedad y las consiguientes acciones, a fin de evitar su mayor diseminación.
En el período 1990-2001, el número de casos notificados como seropositivos al VIH en el sexo femenino, se incrementó de 39 a 120, esta última cifra representa el 18,7 % del total de casos detectados en el 2001. La morbilidad sigue siendo más baja con respecto a los hombres, pero se aprecia un incremento en la incidencia, aunque siempre a un ritmo menor que en el sexo masculino (1,5 por 1 000 000 de mujeres en 1990 y 7,7 en el 2001).
En 1990 del total de casos diagnosticados como seropositivos en el sexo femenino, el 46,2 % correspondió a Ciudad de La Habana y el 23,1 % a Villa Clara, y en el 2001 el 39,2 y el 10,8 % respectivamente. Son estas provincias también las que registran mayores tasas de incidencia de SIDA, con cifras de 14,9 para Ciudad de La Habana y 21,6 para Villa Clara por cada 1 000 000 de mujeres respectivamente durante el 2001.
Intento suicida
Durante el año 2001 se reportaron 12 604 casos de intento suicida, de los cuales 9 408 (74,6 %) ocurrieron en el sexo femenino, cifra inferior a la reportada en el año 1990 (10 527). El grupo de edad más afectado fue el de 15 a 24 años. El riesgo de morir por esta causa se reduce de 17,8 defunciones por cada 100 000 mujeres en 1990 a 8,0 en el 2001, lo que representa el 55,1 % de reducción para el período (tabla 6).
TABLA 6. Intento suicida y mortalidad por suicidio en el sexo femenino. Cuba 1990-2001
Años | Intento suicida | Suicidio | Intentos por fallecida | Fallecidas por 100 intentos |
1990 | 199,7 | 17,8 | 11,2 | 8,9 |
1991 | 188,5 | 19,9 | 9,5 | 10,6 |
1992 | 193,9 | 17,9 | 10,8 | 9,2 |
1993 | 137,2 | 17,8 | 7,7 | 13,0 |
1994 | 99,1 | 15,3 | 6,5 | 15,4 |
1995 | 156,1 | 14,9 | 10,5 | 9,5 |
1996 | 145,8 | 12,1 | 12,1 | 8,3 |
1997 | 169,3 | 11,4 | 14,9 | 6,7 |
1998 | 149,8 | 11,8 | 12,7 | 7,9 |
1999 | 159,0 | 10,5 | 15,1 | 6,6 |
2000 | 183,8 | 9,6 | 19,1 | 5,2 |
2001* | 167,7 | 8,0 | 21,0 | 4,8 |
*Provisional.
Tasa por 100 000 mujeres.
Fuente: Dirección Nacional de Estadística. MINSAP.
Tasa por 100 000 mujeres.
Fuente: Dirección Nacional de Estadística. MINSAP.
Situación territorial
Las tasas de incidencia de intento suicida en la mujer disminuyeron en comparación con el año 1990 en 10 provincias del país; los mayores descensos se registraron en Ciego de Ávila (46,0 %) y Las Tunas (40,8 %).
Tumores malignos
Según datos obtenidos del Registro Nacional del Cáncer, la incidencia de tumores malignos en este grupo poblacional ha tenido un comportamiento ascendente durante la década de los noventa (40,9 % de incremento), para alcanzar la cifra de 232,0 por 100 000 mujeres en 1999. Este ha sido el comportamiento en la población general del país. Las principales localizaciones en orden decreciente correspondieron a cáncer de mama, piel, cuello de útero, pulmón y colon, con tasas de 40,2; 36,6; 25,5; 21,9 y 17,2 por 100 000 mujeres respectivamente durante el año 1999. En el incremento debe considerarse la mejoría del reporte de estas enfermedades.
En nuestro país se brinda atención especial al cáncer de cuello de útero desde 1968 a través del Programa Nacional para la Detección Precoz del Cáncer Cérvico Uterino y desde 1987 entró en marcha el Programa Nacional para la Detección Precoz del Cáncer de Mama. Durante el período 1990-1992 y 1998-2000 más del 80 % de los casos de cáncer cervicouterino detectados por el programa, correspondieron a la etapa clínica 0, 88,3 % y 81,5 % respectivamente. Obsérvese que se produce un descenso en el porcentaje de casos diagnosticados en etapa 0 durante la década, que indica casos diagnosticados fuera del programa y en etapas más avanzadas de la enfermedad. La reducción porcentual de los casos detectados en la etapa 0, durante el trienio final en relación con el inicial fue del 7,7 % (tabla 7).
TABLA 7. Porcentaje de casos positivos de cáncer cérvico uterino detectados por el programa según etapa clínica. Cuba 1990-1992 y y 1998-2000
Etapa clínica 1 | 990-1992 | 1998-2000 |
0 | 88,3 | 81,5 |
I | 10,4 | 15,1 |
II | 1,1 | 2,9 |
III | 0,2 | 0,5 |
IV | 0,0 | 0,0 |
Fuente: Dirección Nacional de Estadística. MINSAP.
Las tasas de incidencia de cáncer por todas las localizaciones en el sexo femenino superan a la media nacional (232,0 en 1999) en las provincias: La Habana, Ciudad de La Habana, Matanzas, Villa Clara, Cienfuegos y Sancti Spíritus (tabla 8). Estas provincias a su vez incrementaron sus tasas en más de la mitad de su valor en comparación con el año 1992 (excepto Pinar del Río).
TABLA 8. Incidencia de cáncer por todas las localizaciones según provincias. Sexo femenino. Cuba 1992 y 1999.
Provincias | 1992 | 1999 | % de cambio |
Pinar del Río | 152,1 | 228,3 | 50,1 |
La Habana | 147,5 | 245,7 | 66,6 |
Ciudad de La Habana | 178,8 | 318,1 | 77,9 |
Matanzas | 116,5 | 312,0 | 167,8 |
Villa Clara | 207,9 | 328,0 | 57,8 |
Cienfuegos | 230,4 | 268,1 | 16,4 |
Sancti Spíritus | 153,0 | 247,8 | 62,0 |
Ciegode Ávila | 207,2 | 179,9 | -13,2 |
Camagüey | 177,3 | 201,1 | 13,4 |
Las Tunas | 135,9 | 129,0 | -5,1 |
Holguín | 152,8 | 151,1 | -1,1 |
Granma | 126,2 | 162,5 | 28,8 |
Santiagode Cuba | 159,6 | 210,1 | 31,6 |
Guantánamo | 121,5 | 127,2 | 4,7 |
Isla de la Juventud | 137,6 | 129,2 | -6,1 |
Total | 164,7 | 232,0 | 40,9 |
Fuente: Registro Nacional del Cáncer. INOR.
Incidencia y prevalencia de algunas enfermedades sujetas a dispensarización
Dentro de las enfermedades crónicas no transmisibles sujetas a dispensarización, la incidencia más alta reportada fue para la hipertensión arterial. El riesgo de enfermar por esta causa presenta una tendencia ascendente en el período analizado, de 7,2 por 1 000 mujeres en 1990 a 17,3 en el 2001. Este incremento está dado además por la mejora del reporte de esta entidad a través del sistema de información estadístico de dispensarización a partir de la máxima prioridad otorgada al programa de atención de la hipertensión arterial. Según el registro de atención de los médicos de familia, la hipertensión arterial presenta una prevalencia de 184,7 por 1 000 mujeres durante el año 2001 (tabla 9).
TABLA 9. Prevalencia en mujeres dispensarizadas por algunas enfermedades. Cuba 1990 y 2001
Enfermedad | 199 | 0 2001 |
Hipertensión arterial | 78,6 | 184,7 |
Asma bronquial | 44,0 | 82,6 |
Diabetes mellitus | 24,5 | 32,3 |
Tasa por 1 000 mujeres.
Fuente: Dirección Nacional de Estadística. MINSAP.
Fuente: Dirección Nacional de Estadística. MINSAP.
Consideraciones finales
- Los indicadores de salud analizados de la mujer cubana, se corresponden con los de la población en general y no muestran aparentemente una desventaja de género importante. La dinámica demográfica del país se refleja en sus patrones reproductivos expresados por la natalidad, fecundidad, mortalidad y morbilidad.
- Son las enfermedades crónicas no transmisibles las que figuran por tanto como las primeras causas de muerte en la mujer, al igual que en la población del país en su conjunto. El mayor riesgo de muerte se le atribuye a las enfermedades del corazón; el mayor incremento de la mortalidad en el período se produce por tumores malignos, y entre ellos incidieron más el cáncer de tráquea, el de bronquios y pulmón, con niveles de mortalidad superiores al cáncer de mama, lo cual se ha venido estableciendo paulatinamente y sugiere la presencia de factores de riesgo de diferentes tipos, dentro de los cuales el incremento del hábito de fumar en la mujer o el de fumadoras pasivas son los de mayor peso.
- Las causas violentas son las responsables del mayor número de muertes en las adolescentes y jóvenes, comportamiento causal típico de este grupo poblacional. Esto supone el logro de reducciones a partir de la intervención intersectorial en el componente accidental e intencional. Las mayores reservas de reducción en las mujeres jóvenes y adolescentes se encuentran en los accidentes del transporte.
- La hipertensión arterial constituyó la enfermedad de mayor prevalencia, lo que la convierte en un problema de salud prioritario y en un factor de riesgo importante para otras enfermedades, como la cardiopatía isquémica y las enfermedades cerebrovasculares. Esta última exhibe desde hace varios años sobremortalidad femenina y en el caso de la cardiopatía isquémica los niveles de riesgo se han ido acercando paulatinamente a los niveles del sexo masculino. La relación de la prevalencia y mortalidad por estas enfermedades con el envejecimiento poblacional y por tanto con un mayor número de mujeres que arriban a las edades del climaterio debe ser considerado con especial interés en las acciones y servicios de salud.
Ello unido a otros factores socioeconómicos y de estilos de vida y desempeño de roles de género, conlleva una intervención intersectorial a fin de propiciar condiciones de vida más favorables que prevengan estas dolencias.
- Las adolescentes y jóvenes presentan un riesgo importante de adquirir una enfermedad de transmisión sexual, por lo que la acción educativa y preventiva diferenciada sobre este grupo poblacional en lo referente a hábitos y conductas sexuales, continúa siendo de suma importancia.
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